MOVER ESPIRITUAL MISIONERO

Un paso al éxito!

LA MUJER DEL FLUJO DE SANGRE

Lease Marcos 5:24-34 La mujer arrastra aún las consecuencias de la maldición del Paraíso: "En dolor darás a luz a tus hijos" Y no sólo dolor en los partos, sino una multitud de dolencias relacionadas directa o indirectamente con este proceso fisiológico. No sabemos si la enfermedad de esta mujer había resultado de algún parto, pero no hay duda que podía haberse dado este caso. Esta mujer sufría su pena y su molestia en secreto. No se nos dice nada más, sino que se trataba de un "flujo de sangre" o sea hemorragias, y que ya hacía doce años. Después de tantos años hemos de suponer que su salud habría decaído, y que se encontraría pálida y decaída. En cambio su fe era firme y enérgica. De no haber sido así no se habría atevido a mezclarse con la multitud para acercarse a Jesús en público. No se atrevió sin embargo a hablarle a Jesús de esta dolencia. Es posible que estuviera avergonzada de la misma. Por ello se acercó por detrás y tocó el borde del manto de Jesús. Sabemos que como resultado de este acto de fe, ("Si tocó aunque sólo sea su manto"), la mujer quedó realmente curada de su aflicción. Cesó el flujo, después de tantos años, en aquel momento. Hemos de suponer que la mujer habría ido más de una vez al médico. Pero no había conseguido ningún resultado. No cabe duda que había hecho lo debido al ir al médico. Pero el don de la medicina dista mucho de ser perfecto. No había recibido ayuda alguna. Por otra parte, sus medios de vida no serían abundantes, y la pobre mujer necesitaba todo lo que tenía para su sustento. Cansada y decepcionada, ya se habría resignado a sufrir su enfermedad en silencio. Pero, la fe le impidió llegar al desespero. Fue a Jesús. No pidió nada. Tocó el borde de su manto. Y quedó sanada. La fe puede realizar cosas estupendas. Jesús se lo dijo: "Tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu aflicción." Aun cuando hemos de ponernos en manos del médico cuando estamos enfermos, no siempre es la voluntad de Dios que recibamos la curación por este medio, o por ningún medio. Dios siempre nos sostendrá y aliviará el sufrimiento, aunque no nos cure. Él da a los que sufren una visión de su compasión y amor.

CRISTO SANA Y SALVA

Amados hermanos: Que la paz y la misericordia de nuestro Señor Jesucristo sean con cada uno de vosotros. Hoy tengo la necesidad de pedirle y recordarle al pueblo de Dios lo importante que es oír y escuchar la palabra de nuestro Señor, porque hay que saber diferenciar, una cosa es oír y otra muy distinta es escuchar, porque el que oye entiende y sabe lo que ocurre y el que escucha sabe que algo paso. Muchas veces ocurre que cundo vamos a la iglesia salimos tal como entramos, con la misma necesidad, Y esto se debe a que el pueblo o la iglesia no clama ni exige que cada palabra de la que sale de la boca del predicador sea palabra o voz de Dios y no de hombre. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre! Es nuestra obligación como hijos de Dios y Hermanos de Jesucristo que nuestro clamor sea ese porque de que otra forma nos edificaremos o estaremos echando cimientos en el aire, Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina Debemos tener en cuenta además que si somos conocedores de su palabra. Sabemos que: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por de él fueron hechas, y sin él nada de lo que fue hecho, fue hecho.Mira cuan importante que es su palabra si es Cristo mismo. Así mismo debemos atesorar cada palabra y meditarlas no en nuestra mente sino en nuestro corazón. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón Y por ultimo sobre toda cosa guardada guarda tu corazón porque de el mana la vida Ministerio tiempo del fin

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